domingo, 20 de junio de 2010

A no deshumanizarnos

Justo cuando Saramago se fue. Justo cuando uno de los pocos humanizaba la esperanza, que reclamaba por las injusticias y que volvía la mirada sobre el ser humano, justo ese día conozco la realidad de un pueblo de Salta, Rosario de la Frontera (28 mil habitantes), donde chicos de apenas 15 años se suicidan porque -además de otras cosas- creen no tener futuro. A ellos la esperanza de Saramago les faltó, no pudieron sostener sus vidas en un pueblo sin horizontes.
Todos somos culpables. De hacerlos creer que lo que ven por televisión es lo que debe ser, que la vanalidad es regla y que la vida se juega sólo en el tener o parecer. Por eso, difícilmente puedan conformarse, difícilmente tengan la esperanza cercana, esa que es posible de alcanzar.
Un padre salteño dice “estuve muy asustado por ella -su hija-, yo les digo a mis hijas que no corran como va el mundo, que se puede ser feliz con poco”. Para nadie es fácil no correr con el mundo, no dejarse llevar por el tornado del consumo, por la hojarasca de la posesión y el sin sentido. Se necesitan pies de plomo. Las novelas de Saramago ayudaban -así como muchas otras- a no ser devorado y a saber que el futuro y que la realidad actual se puede modificar. Ayuda a humanizar la esperanza.
Situaciones como la de este pueblo ocurren cada tanto. Hace unos años en la provincia de Santa Cruz, en el sur argentino, por ejemplo. Quienes conocían el pueblo recordaban la desolación que penetraba sólo con verlo. Pero no es el lugar, no es la provincia, no es un solo sitio. De hecho en países de Europa y constantemente en Japón la vida competitiva que impone el día a día deshaucia a muchos. Es nuestro sentido de lo humano el que se ha visto bombardeado y muchas veces aniquilado.
"Así como la infancia muestra cómo es la familia, la adolescencia muestra cómo es la sociedad", le dice como bofetada a Página 12 la Presidenta del Colegio de Psicólogos de Salta.
Desde el año pasado 8 personas se quitaron la vida en Rosario de la Frontera, en 2010 dos de ellos tenían 15 años.
Para conocer un análisis del caso de Rosario de la Frontera, miren aquí o busquen todo lo referente en la edición de Página 12 del domingo y para leer un muy buen homenaje a José Saramago vean lo que escribió Laura Restrepo y otros en un especial del diario El País de España, muy interesante.